sábado, 15 de junio de 2013

YA NO HAY VUELTA ATRÁS

Etapa 6 del Camino de Santiago.Belorado-Hontanas.
Kilómetros: 85
Dificultad: Media
Incidencias: Hay pendientes muy pronunciadas y en muy mal estado que no están bien indicadas en las guías,
como el Alto de la Pedraja, que no es para tanto, o la subida desde Atapuerca a San Juan de Ortega que es
criminal.
Puntos peligrosos: Subida de Atapuerca.

Ya es un hecho, después de las etapas de Roncesvalles a Estella y de Estella a Belorado, que hicimos en
dos fines de semana con varios aguerridos biciclistas más, las seís guerreras y yo hemos iniciado la aventura
de hacer el resto del Camino en diez días.

A las 7:15 de la madrugada sonó el despertador, de alguna desalmada, que nos decía que había que levantarse.
Nerviosismo en el grupo por la incertidumbre de lo que nos deparará el día, las monturas dispuestas para recorrer
una distancia considerable y el ánimo en todo lo alto.
Lo primero un fuerte desayuno, lo necesitábamos no sólo para la etapa, había que montar las alforjas, alforjillas y todos
los cachivaches de rigor, y lo peor era después mover la bici con todo el peso extra! Foto de rigor a la salida y a pedalear.
Nos esperaba una intensa niebla que nos dejó un poco fríos, aunque entramos rápidamente en calor con la subida al Alto de la Pedraja.
Bien, más fácil de lo que pensábamos, aunque empezamos ya a hacer las primeras bromas con nuestro famoso dicho "venga, que sólo falta lo peor", jijiiji.

Pronto, Rebeca se desmarcó del grupo y se fue a su bola. Según ella no vió el desvió del camino en Villafranca y se fue por la N-120 hasta Burgos.
Nosotros paramos en Atapuerca a almorzar. Ya había salido el sol anunciando que iba a hacer mucho calor.
Yo, en mi nuevo estudio sociológico del camino, ya había hablado con varios peregrinos sobre su procedencia y los días que dedican a la hazaña de recorrer
los 700 kilómetros con esos mochilones que llevan a la espalda. Por ahora,van ganando los extranjeros, varios italianos (Milán, Dolomitas), canadienses...
El chico de Milán, en concreto, llevaba un mes de peregrinaje y había empezado en la Plaza de Colón de Barcelona, de allí a Jaca, Huesca y Roncesvalles.
Yo le comenté mi plan, hacerlo con seís chicas y su reacción fue rápida y espontánea: risas y un "bravo", muy italiano.
Después nos enteramos de que este chico había ayudado a Rebeca a poner la cadena que se le había salido en la primera cuesta nada más dejar Belorado.

Una vez almorzados, salimos de Atapuerca para afrontar la primera tachuela del día, un pequeño puerto, muy técnico, en el que no había más que piedras en punta
que parecían haber brotado al primer rayo de sol. La mitad del puerto lo tuvimos que hacer empujando la bici porque era imposible pedalear. Os aseguro que es peor
empujar la bici que dar pedales.
Bajando el puerto, a Ascen se le metió un abejorro en la camiseta que le picó en el pecho y le hizo el típico "ronchón".
Sólo nos quedaban unos pocos kilómetros para llegar a Burgos que, por cierto, está muy mal señalizado. Un desastre para llegar a la Catedral y para la salida.

Reagrupamiento en una terraza en el Espolón, para la cervezuqui de rigor (de litro) y algo de picar. En la plaza de la Catedral le pedimos a un chico que nos hiciese
una foto de grupo y, con un par, se puso delante del trenecito turístico "chu-chu" que en ese momento entraba en la plaza. La foto buena era la suya, jijij.
Próximo destino, Hornillos. De momento ninguna incidencia. Ni averías, ni pinchazos, ni problemas musculares de seriedad.
Nada más entrar al pueblo conocimos a unos chicos que también viajaban en bici. Les pregunté de dónde venían y me contestaron que de Sudáfrica. Jo! Qué lejos!
Llegamos a la plaza y cayeron unas jarritas heladas de cerveza del copón. Con el ánimo subido estuvimos riéndonos con los peregrinos y se me ocurrió poner un mercadillo
de los calcetines de mi amigo Juanma. El peso de la alforja se nota. Total, que allí había italiano, un alemán y un inglés. Para todos había calcetines. Agradecidos ellos
y nosotros, desconjonándonos seguimos camino para llegar al albergue. Sólo quedaba un fuerte repecho, allí fue donde besé el suelo, se me encabritó la burra y me fuí de costado
menos mal que tengo gracia hasta para caer y que me caí sobre el brazo bueno. ¡Ostras, el codo sangrando, pero poco más. Ya eh Hontanas tuvimos problemas con el dueño del albergue
que nos dijo que no había guardado las camas. ¡Flipas! Después de haber confirmado tres veces por teléfono!
Se arregló como pudo. La cena muy bien, pronto a la cama y en la habitación con una china, una australiana y un brasileño. Cris y Rebeca, en la cocina, jijiji.
Dormimos bien... algunos, el arcón de la cocina y los hiper madrugadores peregrinos no dejaron en paz a las exiliadas en la cocina.
Las fotos ya las iremos subiendo. Los ordenadores que hay en los albergues son mucho lentos y no hay forma de cargarlas. Estad atentos al Facebook que ahí es más fácil subir las que hacemos con los móviles.

Mañana más y mejor.

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